
Me preguntó mi nombre y al responder me dijo "es bonito". Ella se llama Catalina, su color favorito es el rojo y le molesta que su mamá la vista de azul o de rosado, porque esos colores "no le encantan". Fue divertido verla hacerme señas para explicarme lo que quería decir y contarme tantas cosas. Su mamá tenía cara de amargada y cuando se dio cuenta que estabamos hablando la tomo fuerte del brazo y la dio vuelta. Pero Catalina seguía riendo, de verdad era bonita.
Se bajaron de la micro. La niña apenas podía seguir el paso rápido de su mamá que la tironeaba. Catalina me sonrió y se despidió moviendo su manito. Sin querer me contagió un poco de su alegría.